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miércoles, 8 de junio de 2016


El mito del cerebro

Los perdedores que sufren del "mito del cerebro" le dirán: "Pierdo porque no conozco los secretos del trading". Muchos perdedores tienen la fantasía de que los traders exitosos tienen algún conocimiento secreto. Esta fantasía les ayuda a mantener un animado mercado de servicios de consultoría y sistemas de trading llave en mano.

Un trader desmoralizado saca a menudo su talonario de cheques y se va de compras en busca de "secretos de trading". Puede enviar un cheque de 3.0    dólares a un charlatán por un "sistema informatizado, infalible y probado con datos históricos". En cuanto el sistema se autodestruya enviará  otro cheque por un "manual científico" que explica cómo dejar de ser un perdedor y convertirse en un informado privilegiado y ganador, gracias a la Luna, Saturno  e incluso Urano.

Los perdedores no saben que el trading es algo muy simple intelectualmente. Es mucho más fácil que extirpar un apéndice, construir un puente o presentar un caso ante un tribunal. Los buenos traders son astutos pero raramente son muy intelectuales. Muchos no han pasado por la universidad y algunos incluso no terminaron en el Instituto.

Gente inteligente, trabajadores duros que han tenido éxito en su carrera, se sienten a menudo atraídos por el trading. El cliente medio de una agencia tiene unos cincuenta años, está casado y tiene educación universitaria. Muchos tienen estudios de post-grado o sus propias empresas. Los dos grupos profesionales más importantes entre los traders son los ingenieros y agricultores.


¿Por qué fracasan estas personas inteligentes y trabajadoras cuando hacen trading? Lo que distingue a los ganadores de los perdedores no es ni la inteligencia ni los secretos, ni desde luego la formación.

“¿Por qué crees que los traders que aún no han logrado el éxito están obsesionados con el análisis de mercado? Ellos imploran el sentimiento de certeza que el análisis pareciera darles. A pesar de que pocos lo admitirían, la verdad es que el trader promedio quiere tener razón en todas y cada una de sus operaciones. Él trata desesperadamente de crear certeza donde simplemente no existe.” – Mark Douglas


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