El mito del cerebro
Los
perdedores que sufren del "mito del
cerebro" le dirán: "Pierdo
porque no conozco los secretos del trading". Muchos perdedores tienen
la fantasía de que los traders exitosos
tienen algún conocimiento secreto. Esta fantasía les ayuda a mantener un
animado mercado de servicios de consultoría y sistemas de trading llave en
mano.
Un
trader desmoralizado saca a menudo su talonario de cheques y se va de compras
en busca de "secretos de trading".
Puede enviar un cheque de 3.0 dólares a
un charlatán por un "sistema informatizado, infalible y probado con datos
históricos". En cuanto el sistema se autodestruya enviará otro cheque por un "manual
científico" que explica cómo dejar de ser un perdedor y convertirse en un
informado privilegiado y ganador, gracias a la Luna, Saturno e incluso Urano.
Los
perdedores no saben que el trading es
algo muy simple intelectualmente. Es
mucho más fácil que extirpar un apéndice, construir un puente o presentar un
caso ante un tribunal. Los buenos traders son astutos pero raramente son muy
intelectuales. Muchos no han pasado por la universidad y algunos incluso no
terminaron en el Instituto.
Gente
inteligente, trabajadores duros que han tenido éxito en su carrera, se sienten
a menudo atraídos por el trading. El cliente medio de una agencia tiene unos
cincuenta años, está casado y tiene educación universitaria. Muchos tienen
estudios de post-grado o sus propias empresas. Los dos grupos profesionales más
importantes entre los traders son los ingenieros y agricultores.
¿Por
qué fracasan estas personas inteligentes y trabajadoras cuando hacen trading?
Lo que distingue a los ganadores de los perdedores no es ni la inteligencia ni
los secretos, ni desde luego la formación.
“¿Por qué crees que los traders que aún no han logrado el éxito están obsesionados con el análisis de mercado? Ellos imploran el sentimiento de certeza que el análisis pareciera darles. A pesar de que pocos lo admitirían, la verdad es que el trader promedio quiere tener razón en todas y cada una de sus operaciones. Él trata desesperadamente de crear certeza donde simplemente no existe.” – Mark Douglas
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