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jueves, 3 de marzo de 2016


Lo primero que se debe entender es que gestionar una cartera de inversión no es cosa fácil. No solo basta con aprender a comprar acciones, también hay que saber cómo venderlas, y sobre todo cuándo es el momento propicio para hacerlo.
Si piensa que lo que más cuesta es tomar la decisión de comprar una acción, determinar el momento de venderla es a veces mucho más complicado. A continuación exponemos cinco datos clave para dar el salto hacia un lado o al otro, es decir, de la toma de las posibles ganancias en una acción desde el momento de la compra o de la aceptación de la pérdida.

1. Fijar un precio objetivo

Cuando se procede a comprar una acción los inversionistas astutos suelen fijar un precio objetivo, o por lo menos establecer un rango de precios en el que se consideraría apropiado vender las acciones. Es importante hacer esto en frío, seguir el plan al pie de la letra y no dejarse llevar por las emociones del momento. La tarea de llegar a un precio único no resulta fácil ni para el inversionista más experimentado. Por eso, en lugar de establecer una sola cifra, sería una buena idea establecer un intervalo o rango de precios, generalmente un porcentaje de la subida o la caída respecto del precio de compra, para vender sus acciones.

2. No perder de vista los fundamentales

Monitorear el desempeño del negocio subyacente de una empresa que cotiza en bolsa es muy importante. Hay algunas señales que nos dan motivos para tomar la decisión de vender una acción. Una razón clave para hacerlo es si los fundamentales de la empresa pierden forma. En un mundo ideal, un inversionista se daría cuenta de un deterioro en las ventas, márgenes de ganancias, flujo de efectivo u otros operativos esenciales, antes de que el precio de la acción comience a disminuir. Pero en el mundo financiero esta tarea puede no ser nada fácil, de ahí la importancia de esta siempre informado. Es imprescindible saber en dónde invertimos nuestro dinero y qué están haciendo esas empresas con él.

3. Una mejor oportunidad en el horizonte

El costo de oportunidad es un beneficio que podría haberse obtenido por haber invertido en otra alternativa. Por ello, antes de quedarse con una acción es importante que compare las ganancias potenciales que podría obtener con el mismo capital si compra otra acción. Si esa alternativa es mejor, entonces tiene sentido vender el activo actual y comprar el otro. La identificación precisa de costo de oportunidad es muy difícil, pero comparar los ratios de las empresas, como elprice to earnings, podría ser de gran utilidad.

4. Después de una fusión

Cuando un inversionista tiene la suerte de poseer una acción de una empresa que acaba de ser adquirida por una buena cantidad de dinero, entonces el mejor curso de acción puede ser la venta de dicho valor. En algunos casos, no obstante, conviene continuar siendo dueño de las acciones después de una fusión, en el caso de que la nueva empresa muestre fortaleza o cuente con una posición de predominancia en el sector en donde opera. Sin embargo, las fusiones suelen esconder sorpresas. Desde una perspectiva de costo de oportunidad, puede tener sentido buscar una oportunidad de inversión alternativa con mejor potencial de crecimiento.

5. En caso de quiebra

Aunque pueda parecer obvio, es importante decir que una empresa en quiebra no tiene ningún valor para los accionistas. Por lo tanto, si una empresa quiebra o está por hacerlo, no espera ¡venda!


Fuente: El Economista


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